Uno de mis momentos preferidos del año es cuando se va apagando el verano y parece que la tierra se da prisa para sacar todo el fruto que pueda antes de que venga el frío.
El haber crecido en el campo, me ha dado la oportunidad de vivir estos momentos de la tierra de forma inconsciente, integrándose de forma natural.
De pequeña no sabía situarlos en el tiempo, sabía que llegaba el tiempo de hacer las conservas y que eso se repetía cada año. Ahora tenemos unos calendarios cíclicos estupendos para marcar este tipo de momentos ¿verdad?
Con mucha pena, hay que hablar que cada vez menos criaturas tienen esta oportunidad de criarse en tanto contacto con la naturaleza. Incluso las que crecen en zonas rurales están desconectadas por el abandono de estos hábitos o la falta de significado que se les da.
Por eso, es tan importante que hablemos de Crianza Cíclica, de cómo funciona la tierra y compartamos herramientas para seguir cada ciclo y vivirlo con las criaturitas. Acompañarlas incorporando este ritmo natural, conectándolas con las tradiciones y la sabiduría de los de antes, siempre ligada a la tierra aprovechando lo que nos da en cada momento y sobreviviendo los momentos más difíciles.
Los meses de Septiembre y Octubre son como una bajada a la Tierra después de la intensidad veraniega. Es el momento de re-generar la rutina, coger ritmo y la energía comienza poco a poco a asentarse, así como caen las hojas de los árboles y reposan en la tierra.
Aunque, en nuestro mundo de acción, es el momento de empezar colegio, trabajos, extraescolares, etc, la energía que nos rodea está en ese descenso, así que podemos utilizar los tiempos en casa para conectarnos más conscientemente y fluir con este ritmo.
¡Y aquí viene el tema de este post!
Es tiempo de mermeladas y conservas y puede ser súper bonito si lo vives conscientemente y le das el significado que de fondo tiene.
Es el tiempo de llenar tu casa de vida, tras la vida más exterior del verano. Y para ello, es importante hacerlo con atención, mimo, cuidado y muchas ganas.
Quien me conoce sabe que la cocina es una de mis grandes pasiones, otro lugar donde puedo crear con mis manos. Así que me gustaría contaros como a mí me gusta vivir este tiempo y daros algunas sugerencias para disfrutarlo con las criaturas de una forma consciente, transmitiendo valores, significado y de paso haciendo algo bueno para toda la familia.
Como todos nuestros productos esta propuesta no tiene edad, podemos hacerlo con criaturas desde los 2-3 años, hasta con las más mayores, siempre adaptándonos a las necesidades que tengan, incluso si no tienes criaturas puedes disfrutar este momento contigo misma.
Y si quieres vivir la experiencia del tiempo de mermeladas al máximo, éstas son mis recomendaciones paso a paso:
¡Vamos a ello!
Lo primero..
Programa un momento en el que sepas que tenéis tiempo para disfrutar en calma, sin prisas y sin interrupciones. De nada sirve hacer este tipo de procesos con tensión o prisa. Si no puedes una tarde, guarda un momento del fin de semana o repartirlo en 2 días. Puedes repetirlo tantas veces como quieras a lo largo del otoño.
Lo más importante, MATERIA PRIMA
Si no tienes la suerte de vivir en el campo o cerca y recoger los frutos con vuestras manos, puedes acercarte a una cooperativa agro-ecológica o una frutería que vendan fruta y verdura de temporada. Si no conoces bien las temporadas del campo, pregúntale a la persona de la frutería o infórmate, pero teniendo en cuenta que el clima cambia de un lugar a otro y por tanto los productos de la tierra no se dan a la vez en todos los sitios aunque sea la temporada. Comer productos de temporada y cercanía es de lo mejor que puedes hacer para la salud de tu familia y del planeta.
La tierra nos da lo que necesitamos en cada momento.
¡Ah! y por favor, evitemos comprar en sitios donde viene todo en plásticos y bandejitas, no es necesario, incluso es incoherente con lo que queremos transmitir a nuestras criaturas.
Lo siguiente.. RECETA Y HERRAMIENTAS
ya en casa preparamos la receta. Para esto podemos usar una pizarrita en la que escribamos los ingredientes y cantidades. Si tu criatura está en etapa de lectoescritura es un gran momento para practicar con una aplicación útil, si aún no ha llegado a esa etapa podéis hacerlo con dibujos para que participe.
También preparar todos los utensilios que nos puedan hacer falta para cocinar: un lugar para alzar a nuestra criatura y hacerle fácil el proceso:
– Nosotros te recomendamos usar una torre de aprendizaje por su comodidad y seguridad. Si quieres puedes consultar en nuestra tienda la que nosotros hacemos
– Un delantal parece una tontería, pero además de prevenir las manchas es como que nos predispone a lo que vamos a hacer.
– A las criaturas les encanta también ponerse gorro para cocinar.
– Una vez listas nosotras prepararemos tablas, cuchillos adaptados a cada edad y todo lo que podamos necesitar.
A COCINAR…
Cocinaremos siguiendo la receta y disfrutando del contacto con los frutos, siendo conscientes del momento sensorial que se nos presenta. Podemos activar el tacto, la vista, el olfato, el gusto y hasta el oído. Os recomiendo pararos en este momento y disfrutar de cada uno de ellos creando una memoria sensorial.
Por último,
prepararemos los botes bien esterilizados, el espacio para guardar limpio y con mimo, incluso podemos preparar etiquetas para saber qué tenemos y de qué momento, etc. Esta fase de trasvase y clasificación es de las que más le gustan las criaturas. Cuando terminemos incluso podemos darle un toque artístico y personal colocando una telita con una cuerditas en cada bote poniéndole la etiqueta de forma que cuando lo gastemos podamos reutilizar el bote.
¡ÑAM!
Ahora a saborearlo y disfrutarlo. La satisfacción que esto puede producir en tu criatura, y en ti misma, no tiene precio. Esa mermelada en las tostadas por la mañana, esas comidas cocinadas con cualquiera de las conservas… son procesos saludables, naturales y que contribuyen a su creatividad, su autoestima, su sentimiento de pertenencia y su vinculación con la naturaleza.
Al hacerlo juntas, les transmitimos valores muy importantes, como el agradecimiento a los frutos de la tierra, la previsión para estar preparadas para lo que viene, formas de consumir sin comprar todos los alimentos ya procesados, trabajar la espera, conectar con la propia abundancia, y por supuesto el ritmo cíclico y natural, disfrutando de lo que nos ofrece cada momento y pasando un bonito rato juntas. Además si tenemos la opción, es muy bonito regalar un bote de mermelada o conserva a alguien cercano y dar valor al compartir lo que tengo.
¿CÓMO PODEMOS ENRIQUECER AÚN MÁS ÉSTE MOMENTO?
Podemos acompañarlo de cuentos de estación que hablen de esta temática, canciones y juegos de ratoncitos o de hormiguitas que se preparan para la temporada de invierno, etc. Como los cuentos de Jill Barklem, la fábula de ‘La cigarra y la hormiga’, el cuento de ‘Los buenos amigos’ o cualquier tipo de música de estación o que nos resulte agradable para acompañar el momento.
P.D. Si utilizáis la fábula de ‘La cigarra y la hormiga’, por favor, evitad la moraleja tipo “los trabajadores y los vagos”. Hay una versión en la que, una vez que acogen a la cigarra, la reina de las hormigas le dice que allí solo puede estar quien trabaja y le pide a la cigarra que cante para alegrar y acompañar el trabajo de todas las hormigas, reivindicando así que el trabajo artístico también es un trabajo digno.
Esperamos que te guste nuestra propuesta de otoño.
¡Llena tu día a día de momentos mágicos!
Lucía Hikari
Criaturas de la Tierra